Les voy a contar una historia de esas que le pasaron a la prima de mi amiga la que vive en otra ciudad (y así) Las fotos son para que te inspires con algunas tendencias para este año:
En 1998 en el DF había pocos lugares para hacerse de un vestido de graduación con buen corte, tela, estilo. Y muchísimo más difícil era conseguir un vestido único e irrepetible: sólo quedaba buscarlo en Liverpool (caros, eso sí), Palacio de Hierro (¡ouch, fuera del presupuesto!) y algunas tiendas como Carlo Giovanni, María Isabel (todavía no era tan carísima) o Liz Minelli (tanto acrílico hacía temer por cualquier ceniza de cigarro). Zara no tenía en su haber nada en largo y las opciones se iban reduciendo si se juntaba que eras foránea y/o incapacitada para heredar de hermanas mayores, tías o primas. por falta de éstas.. Así que el panorama era más complejo que antes -y miren que ya me he quejado de la situación actual de la oferta de vestidos de fiesta en esta ciudad-.
Total que, luego de mucho buscar, la chica dio con un modelo minimalista, de buen gusto y sencillo con corte columna, tirantes de spaguetti y color gris plata. Orgullosa de su compra, la tarde de la graduación se dedicó a estrenar peinado, lentes de contacto -por primera vez se los ponía en lugar de las gafas ñoñas- y maquillaje profesional. Llegó al salón Ambrosía haciendo equilibrios sobre sus tacones apenas domados y la visión angelical de su deslizamiento sobre el mármol del brazo del aquél galán elegido para tan magna ocasión, se convirtió en un "¡nooooooooooo!" atorado en el pecho y una sonrisa congelada de confusión y vergüenza: de una generación de 60 chicas ¡había no una sino dos chicas usando el mismo vestido que ella! Eso sí, cada una lo eligió en un color distinto, pero igual se notaría eventualmente en la foto de graduación.
¿Qué pasó a continuación? La chica corrió hacia la chica del vestido igual pero en color bronce -que coincidentemente era su amiga- y le dijo: "Marimar, nos tenemos que tomar una foto", a lo que la otra dijo "por supuesto, tienes un gran gusto para la ropa, amiga". La tercera chica entró en crisis e hizo a su familia retirarse antes de la foto grupal (en la que ya no salió) para irse a cambiar a su casa; eso sí, todo mundo se enteró.
En tu opinión, ¿quién se la pasó mejor, las chicas que se tomaron la foto juntas mostrando el mismo vestido o la que se fue a cambiar tratando de salvar la dignidad? En realidad yo no sé decir de la chica que salió corriendo, pero te puedo asegurar que las otras dos se siguen riendo al recordar la anécdota y, por supuesto, ahora ponen mucho más cuidado al buscar sus vestidos para ocasiones especiales.*
En fin, luego de todo este rollo, quiero prevenirte para que, si estás buscando vestido de graduación, consideres algunas previsiones que pueden servir no sólo para evitar una sorpresa similar-que, aunque esa vez fue graciosa, dudo que sea del tipo que mueres por vivir-, sino también para que le des a tu vestuario de tan gran noche una marca personal.
- Haz una búsqueda previa en internet para saber qué tipo de modelos te gustan más y podrían ir mejor con tu forma de cuerpo.
- Revisa el clóset de toda mujer (de quien te guste su estilo, claro) que pudiera prestarte un vestido. No sólo ahorrarías un montón, sino que realmente estás blindando las posibilidades de ir con un modelo repetido. Promete cuidar el traje y, claro, regrésalo limpio y recién salido de la tintorería.
- Elige con tiempo tu ropa interior para ese vestido. Una faja suave para que todo se mantenga en su lugar y no se noten las costuras de la ropa interior es una buena opción, pero pruébate todo con oportunidad suficiente para conseguir algo distinto si es necesario. La prisa no es amiga del glamour.
- Uno de los accesorios más poderosos que tienes es tu pelo: úsalo con sabiduría atreviéndote con un peinado inesperado y/o accesorios como un collar o pulsera a modo de broche, tul, plumas, moños...
- Personaliza el traje de noche: elige entre tus opciones, como un cinturón, collares largos, brazaletes (muchos en las muñecas o uno muy sexy alrededor del brazo), un tatuaje temporal (sólo recuerda que eso quedará para la posteridad en videos y fotos, así que procura pensar si te dará pena después cómo te veías). Mientras más sencillo el vestido, más posibilidades de hacer locuras con los accesorios tienes.
- Lleva un galán que verdaderamente disfrute lo mismo que tú en una fiesta (si eso es beber, entonces planea un conductor designado o tomar taxi, eso sí), de manera que ambos sonrían toda la noche y la pasen increíblemente bien. La sonrisa es el mejor complemento para cualquier traje.
- Goza mucho, ¡es tu noche!
*Creo que sobra decir que es mi propia historia y me he divertido horrores recordándola, ji ji.
jiji, que gran anécdota! Cuando me tocó graduarme yo ni siquiera iba a ir a la fiesta, solo que a la mera hora una amiga me obligó prácticamente porque me compró el boleto para la fiestonga. Así que eran las 9 am de la mañana de la fiesta y no tenía vestido ni nada de nada para ponerme. Afortunadamente en ese tiempo tenía una jefa súper estilosa (y suerte de suerte, era (es) mi amiga) así que fungió de hada madrina: me prestó un vestido que ella aún no estrenaba, zapatos, abrigo, me maquilló y peinó.
Y yo bailé y fui feliz =)y ya.
Me gustó tu post, hice un viaje en el tiempo.
beso!!!
demonios! puse 9:00 am de la mañana. es que quería dejar muy claro que era temprano, jiji
A una amiga en la fiesta de graduación le pasó exactamente lo mismo, ella y dos mas llevaban el mismo vestido, diferente color, del palacio de hierro, solo que en este caso no eran amigas entre si. saludos,
Hola!!! buen post e ideas para las graduaciones! láaaaaastima q yo me gradué hace unos años!
Visitame!!! si te gusta mi blog puedes seguirme :D ya te sigo!
Saludos de:
http://thepansynfancy.blogspot.com
Diabla: ¡qué buena experiencia! Y preséntame a tu jefa estilosa ;)
Anónimo: tssss! :S
The Pansy n Fancy: pues también luego hay tanta boda o se va de invitada a graduaciones que hay que tener ideas ;)