Cuando yo fui a una dermatóloga por primera vez, me sentí un poco superficial pero mis molestias eran tan grandes que me aguanté la vergüenza. Mi piel generaba tanta comezón y mi pelo estaba en tan mal estado a pesar de mis cuidados guapológicos que no podía ya seguir sólo con la estética y por eso busqué a un especialista. 

El resultado es que descubrió que tengo una enfermedad -hoy ya bastante controlada- que se llama hipotiroidismo; si no fuera por ella y los análisis que me mandó a hacer, nunca hubiera ido con un endocrinólogo y mi vida sí sería miserable.

En formspring me preguntan frecuentemente por problemas de piel y pelo que definitivamente tienen que ser revisados por médicos especialistas para dar tratamiento adecuado y descartar otros problemas de salud. Sin embargo, hay algunos que pasan desapercibidos (como el mío, que podría entrar en el número 4 de los puntos siguientes) hasta que ya son muy intensos. 

Algunas señales de alarma que requieren visita médica ASAP (as soon as possible, "tan pronto como sea posible", pues):

1. Tienes un lunar que está creciendo evidentemente. O mancha, o peca. Y no importa dónde esté (a veces no le damos importancia a los lunares que no se ven fácil, como los de las plantas de los pies, entre los dedos, en la espalda baja... Y si te ha aparecido un parche de resequedad y no se ha mejorado con tu crema de cuerpo regular, no dejes de mencionarlo al ir a consulta. Foco amarillo que necesita revisión por cáncer de piel. (No es que la vayas a tener por estos lunares crecidos o manchas, pero es indispensable ponerles atención).

2. Quieres que desaparezca ese grano. Inmediatamente. No todos los dermatólogos aplican tratamientos inmediatos, pero algunos aceptan, de vez en cuando -especialmente si estás a un día de tu boda, o un inoportuno momento de esos- aplicar cortisona para bajar la inflamación y el enrojecimiento. Esto es especialmente funcional con los granos quísticos, que pueden tardar hasta tres semanas en desaparecer con el tratamiento habitual (y la paciencia, claro). 

3. Tus mejillas se enrojecen ¡y se quedan así! Hay personas que naturalmente tienen "chapas", pero si se notan más -o muchísimo más- cuando tomas vino tinto, picante, ejercicio vigoroso o te expones al calor, es posible que tengas dermatitis atópica o rosácea. Ambas condiciones se han incrementado en las personas y son síntoma de una piel delicada que necesita cuidados específicos. Sin embargo, el diagnóstico tiene que correr a cargo de un profesional: no existe una cura porque es un tipo de piel, no una enfermedad en sí, pero se puede mantener bajo control con tratamiento específico. ¡El cambio es del cielo a la tierra!

4. Tu piel ha cambiado 180 grados de seca a grasa (o viceversa). Los cambios más notorios suelen darse durante la veintena pero no hay edad para notar que el acné ha vuelto, a veces con renovada fuerza. Si tomas métodos anticonceptivos hormonales o algún suplemento hormonal, no dudes en pedir asesoría médica dermatológica para mantener bajo control cualquier situación en la que estés sufriendo por tu piel.

5. Las venitas rojas de tus piernas se están volviendo una telaraña violácea. Sean en el rostro o en las extremidades, grandes o chicas, pueden ser tratadas por un médico.

No sólo se pueden ver poco estéticas, las várices pueden volverse extremadamente dolorosas ya que responden a problemas de circulación. Aunque el ejercicio cotidiano, aumentar la ingesta de agua y aplicar compresas frías pueden ayudar, sólo un dermatólogo puede disolverlas con un tratamiento de varias aplicaciones en algunos casos.

¿Qué otros síntomas o problemas de la piel crees que ameritan consulta con el dermatólogo?