Murmullos envuelven el salón del Club de
Industriales de la Ciudad de México, cuando se abren las puertas del elevador.
Mientras avanzamos, apenas se escuchan los pasos y las conversaciones aisladas
en el gran salón, mientras alguien toma notas y una señora de aspecto jovial,
aunque ya entrada en años, está reclinada hacia el frente de una mesa, con dos
hombres de elegante traje azul marino, mirándola con atención.
Al acercarme, la descubro con la mirada clavada
en sus dedos, enredando hilo alrededor de la aguja y, con precisión, da el
último tijeretazo, justo donde ha cosido la etiqueta azul con hilo plata. Madame Viviane Menard, de 54 años, es simpática y
sonriente. Oriunda de un pequeño pueblo llamado Nontrone, cercano a Lyon, en
Francia, no es ninguna novata: más de 20 años de trabajo como couturier -16 ya
con Hermès-, así como tres meses de entrenamiento bajo las especificaciones de
Hermès y, claro, exámenes, aseguran que su parte del trabajo artesanal esté en
los estándares de calidad que la marca porta.
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Una prenda de seda de Hermès, no es sólo el
diseño y el nombre de la marca, explica Iveth Lagos, directora de comunicación
en México, sino que reciben los capullos de seda provenientes de Brasil y, a
partir de ahí, comienza a hilarse la tela, en franjas de alrededor de 90
centímetros cuadrados, extendidos en rollos de setenta metros de longitud,
tejidos con quinientos kilómetros de hilo de seda. Se imprime entonces, en
serigrafía por cuadros, el diseño; en el caso de la twill –seda trabajada e impresa-, son
dieciséis cuadros, pero varía según el tipo de corbata.
Madame Menard asiente, con una sonrisa, ante mi
rostro sorprendido por tal cantidas de cifras enormes, respecto de la sencilla
tela en color crudo que, frente a mis ojos, se despliega mostrando los dieciséis
pasos de coloración que lleva hacer una corbata con nubes y paraguas. Me muestra
también un “alma” de corbata de lana y algodón, una entretela doble, cortada
muy delgada, que tiene la forma clásica de una corbata, y es lo que dará forma a
la seda con diseño. Ella, justamente, es la encargada de unir ambas piezas de
modo casi invisible, con los dobleces y puntadas que corresponden, usando toda
su experiencia para medir, “a ojo”, la longitud del hilo adecuada. Las corbatas
Hermès usan un solo hilo de unión y de remate, así que si llegara a equivocarse,
habría que recomenzar. Pero, en sus expertas manos, tarda alrededor de ocho
minutos entre que ensarta la aguja y da la última puntada.
La corbata Hermès comenzó a existir porque,
literalmente, las personas las comenzaron a solicitar: En la boutique Hermès de
Cannes, que se encontraba enfrente de un famoso casino que no permitía la
entrada a los caballeros sin este accesorio, las solicitudes de corbatas
animaron a la marca a integrarlas a su oferta.
¿Pueden imprimirse dos diseños en el mismo rollo
de tela? Sí, mientras usen la misma coloración. Además, pueden usarse dos
motivos diferentes, relacionados; a estos modelos se les llama Twillby.
Contrario a lo que podría suponerse, al colorear
la tela, se comienza por los diseños más pequeños, poniendo los tonos
progresivamente, de modo que queden adecuadamente sombreados y gradados, para,
finalmente, poner el color del fondo –en el caso del modelo que pude apreciar,
era amarillo- y, después los interiores de la corbata. Este detalle la hace la
única pieza de este tipo en el mercado, que tiene la misma calidad en interiores
y en exteriores, y sólo tiene dos partes, en lugar de tres, que es lo común.
Hermès optimiza materiales, más no gastos.
Excepto por la costura que une las dos únicas
partes de la corbata, y que requiere ser sumamente fuerte para aguantar el nudo,
el resto de la confección es manual, incluyendo cortar la corbata del cuadro de
la tela.
¿Qué pasa cuando se confeccionan corbatas con
relieves y no con dibujos impresos? “Este tipo de piezas usan hilos teñidos que
se tejen para crear las corbatas. Es decir, en lugar de colorear la tela como en
las twill, estas corbatas se crean desde
el tejido de la tela, con los hilos y el relieve correspondiente al diseño”,
explica Iveth. Me
muestra una corbata que se ve tornasoleada, fruto del tejido de hilo anaranjado
con hilo rosa intenso. En el caso del Heavy
Twill, se teje la corbata con los hilos teñidos y, encima, se imprime el
dibujo.
Por su parte, la muy conocida façonnée, relanzada hace poco como façonnée bicolor, lleva tejida en los propios
hilos que la conforman, las “H”, resaltando por el tono sobre tono que se crea a
la vista y, sin duda, se siente la diferencia entre esta y la Heavy Twill. Es una idea muy chic usar una corbata de celebración de la
que sólo tú y quien te la anude, conozcan su detalle.
¿Y qué hay del Artesano Contemporáneo? Al menos
para Hermès, la última tecnología para crear sus telas va de la mano con la
experiencia y formación de sus artesanos, de manera que cada parte de una sola
pieza, es realizada por un experto en el área. Algunos, como Viviane, puede
trabajar incluso desde casa, de manera que la flexibilidad de horario le permite
atender sus asuntos personales y familiares, con la opción de ir a trabajar
también al taller. De esta manera, la marca busca también crear bienestar en la
vida de sus empleados. Lo que más le interesa a Hermès es que sus artesanos
tengan la capacidad de producir con la mejor calidad, mucho más que una meta en
cantidad diaria producida, aunque, según me cuenta madame Menard, el promedio de
entrega es de treinta a cincuenta corbatas diarias.
Los artesanos como Viviane son los guardianes de
los detalles que hacen únicas a las piezas de la marca, porque parte importante
de la elección del personal está basada en que amen su trabajo y disfruten
hacerlo. Como ejemplo del nivel de atención al detalle, me explica que las
corbatas Hermès están cosidas con un solo hilo, del mismo color que el tono más
claro usado en la corbata, que se remata en la parte superior e inferior
girándolo encima de la aguja catorce veces, de manera que, además de dejar fija
la entretela y los dobleces entre sí, le da juego a la pieza. Así, el nudo queda
siempre adecuadamente ajustado y sin dobleces. Es equilibrio artesanal entre
arquitectura, diseño y, también, un poco de física. Pasa alrededor de un año
entre que se crea el diseño y la corbata está lista para exhibirse en
tiendas.
La corbata, incorporada espontáneamente a la
tradición Hermès en 1949, sigue abultando la cuenta de más de 3,500 modelos
creados a la fecha, con la perfección que otorga contar con artesanos
contemporáneos.
Me encantan este tipo de artículos, te hace entender porque son costosas las cosas y sin duda, lo valen!!!!