En el mercado hay gran cantidad de productos, ¡pero caseras hay muchas opciones!

Fíjate que depende de la parte del cuerpo que se quiere exfoliar debe ser el "grueso" del exfoliante; es decir, si vas a usarlo en el rostro el grano tiene que ser mucho más fino que si piensas usarlo en las rodillas, codos y talones. Entonces, una opción para el rostro es arenilla muy fina (como la de Cancún) o azúcar refinada ya que la morena o mascabado es mucho más gruesa. Para el resto del cuerpo puede funcionar también el azúcar o, si tienes áreas sumamente resecas y con la piel engrosada, usa sal.

El grano es lo que exfolia, pero necesita un medio para aplicarse que, generalmente, se busca que sea suave y tenga buen aroma, de manera que la mayoría de los aceites para masaje pueden funcionar (cuidado con los resbalones y con que no toques con aceite el pelo ni cuero cabelludo), así como los jabones en gel.

Una opción muy orgánica es usar miel de abeja tibia, una a dos cucharadas de leche de vaca o de soya y el arenilla o el azúcar. Ten muchísimo cuidado con la miel, ya que se calienta muy rápido y tarda en enfriarse, así que quemarse con ella es peligroso y súper doloroso. Satura con el grano la miel, aplica con masaje circular suave y puedes dejarla unos minutos antes de enjuagarte para aprovechar los beneficios de este legendario ingrediente.

Existe la teoría de exfoliarse es mejor con la piel mojada, pero la realidad es que, como lo que se quiere es retirar células muertas de la capa superior de la piel, funciona mejor hacerlo en seco y, después, enjuagar bien, así que recomiendo hacerlo antes de abrir la regadera para resultados mejores. Y también existe la otra idea de que hay que "tallar" la piel para exfoliarla y déjame decirte que es una pésima opción ya que irritamos las áreas y la piel queda roja, sensible y mucho más delicada, así que el daño del tratamiento es superior a los beneficios de este. Especialmente insistiré en la suavidad de los movimientos circulares en el rostro.

Al final del proceso, seca la piel con golpecitos suaves en lugar de tallones con la toalla y aplica crema humectante. En el rostro, sigue el proceso de cuidado usual (rasurado si eres hombre, after shave, protector solar).